Todos tenemos un papel que desempeñar en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, no solo por la comida en sí, sino también por los recursos que hacen falta para producirlos.
¿Sabías que actualmente un tercio de todos los alimentos producidos a escala mundial se pierden o se desperdician? Depende de nosotros cambiar nuestras costumbres, para que no desperdiciar alimentos se convierta en un modo de vida.
La FAO sugiere unas cuantas medidas fáciles que pueden tomarse para sumarse a restablecer la conexión con los alimentos y lo que significan:
La vida se mueve deprisa, preparar comidas nutritivas puede ser un reto, aumente el consumo de productos frescos y evite alimentos industrializados. Lo más sencillo pudiera ser más sano y más práctico.
Prepare una lista de compra, evitando así compras impulsivas. No solo desperdiciará menos alimentos… también ahorrará dinero.
A menudo se tiran a la basura frutas y hortalizas magulladas o con formas extrañas porque incumplen con los cánones de belleza convencionales de nuestra sociedad. No se preocupe… el valor nutricional y el sabor es el mismo. Utilice la fruta madura para preparar batidos, jugos y postres.
Pase los productos más antiguos a la parte delantera del armario o del refrigerador y coloque los nuevos en la parte trasera. Utilice envases herméticos para resguardar algunos alimentos que deben guardarse cerrados y así evitar contaminación cruzada.
Comience sirviendo porciones más pequeñas. Esto lo hará más consciente de lo que consume. Recuerde que los alimentos son energía y un consumo superior a lo que su cuerpo necesita puede predisponerle a sobrepeso u obesidad.
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Si no consume todo lo que prepara, congélelo y reutilícelo luego como ingrediente de otra comida.
En lugar de tirar a la basura desechos de comida, haga abono orgánico con ellos. De esta forma devolverá nutrientes al suelo y reducirá su propia huella de carbono.
Los alimentos nos ponen en conexión a todos. Restablezca esa conexión. La agricultura no es solo trabajo, es arte. Se requiere tanto esfuerzo para producir nuestros alimentos… Hacen falta semillas y tierra, agua y trabajo, protección y paciencia. Valoremos el trabajo del agricultor.
Comprando productos locales, brindará su apoyo a la Agricultura Familiar y pequeñas empresas de su comunidad. De esta forma también contribuirá a la lucha contra la contaminación, reduciendo las distancias que recorren los camiones y otros
No podemos producir alimentos sin agua. Aunque es importante que los agricultores utilicen menos agua para cultivar, la reducción del desperdicio de alimentos también ahorra todos los recursos hídricos empleados en su producción. Reduzca de otros modos el consumo de agua: arregle las goteras o cierre el grifo mientras se cepilla los dientes.
Algunos desperdicios domésticos son potencialmente peligrosos y nunca deben echarse a un cubo de basura general. Artículos como pilas, pintura, teléfonos móviles, medicamentos, productos químicos, fertilizantes, neumáticos o cartuchos de tinta pueden filtrarse en nuestros suelos y nuestro suministro de agua perjudicando los recursos naturales con los que se producen nuestros alimentos.
Trate de consumir tres veces por semana comida a base de legumbres o granos y aumente el consumo de verduras. Las legumbres son fuentes importantes de aminoácidos y, en combinación con cereales como arroz o maíz, entre otros, nos aportan proteínas de alto valor nutricional con un menor impacto ambiental al producirlas. Por ejemplo: Para producir 1 kilo de caraotas necesitamos 50 litros de agua, mientras que para producir 1 kilo de carne necesitamos 15.000 litros de agua.
Done los alimentos que de otro modo se desperdiciarían. Por ejemplo, consulte con sus vecinos y amigos para que los excedentes de alimentos puedan compartirse y no tirarse a la basura.
Fuente: El Nacional, Venezuela
Todos tenemos un papel que desempeñar en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, no solo por la comida en sí, sino también por los recursos que hacen falta para producirlos.
¿Sabías que actualmente un tercio de todos los alimentos producidos a escala mundial se pierden o se desperdician? Depende de nosotros cambiar nuestras costumbres, para que no desperdiciar alimentos se convierta en un modo de vida.
La FAO sugiere unas cuantas medidas fáciles que pueden tomarse para sumarse a restablecer la conexión con los alimentos y lo que significan:
La vida se mueve deprisa, preparar comidas nutritivas puede ser un reto, aumente el consumo de productos frescos y evite alimentos industrializados. Lo más sencillo pudiera ser más sano y más práctico.
Prepare una lista de compra, evitando así compras impulsivas. No solo desperdiciará menos alimentos… también ahorrará dinero.
A menudo se tiran a la basura frutas y hortalizas magulladas o con formas extrañas porque incumplen con los cánones de belleza convencionales de nuestra sociedad. No se preocupe… el valor nutricional y el sabor es el mismo. Utilice la fruta madura para preparar batidos, jugos y postres.
Pase los productos más antiguos a la parte delantera del armario o del refrigerador y coloque los nuevos en la parte trasera. Utilice envases herméticos para resguardar algunos alimentos que deben guardarse cerrados y así evitar contaminación cruzada.
Comience sirviendo porciones más pequeñas. Esto lo hará más consciente de lo que consume. Recuerde que los alimentos son energía y un consumo superior a lo que su cuerpo necesita puede predisponerle a sobrepeso u obesidad.
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Si no consume todo lo que prepara, congélelo y reutilícelo luego como ingrediente de otra comida.
En lugar de tirar a la basura desechos de comida, haga abono orgánico con ellos. De esta forma devolverá nutrientes al suelo y reducirá su propia huella de carbono.
Los alimentos nos ponen en conexión a todos. Restablezca esa conexión. La agricultura no es solo trabajo, es arte. Se requiere tanto esfuerzo para producir nuestros alimentos… Hacen falta semillas y tierra, agua y trabajo, protección y paciencia. Valoremos el trabajo del agricultor.
Comprando productos locales, brindará su apoyo a la Agricultura Familiar y pequeñas empresas de su comunidad. De esta forma también contribuirá a la lucha contra la contaminación, reduciendo las distancias que recorren los camiones y otros
No podemos producir alimentos sin agua. Aunque es importante que los agricultores utilicen menos agua para cultivar, la reducción del desperdicio de alimentos también ahorra todos los recursos hídricos empleados en su producción. Reduzca de otros modos el consumo de agua: arregle las goteras o cierre el grifo mientras se cepilla los dientes.
Algunos desperdicios domésticos son potencialmente peligrosos y nunca deben echarse a un cubo de basura general. Artículos como pilas, pintura, teléfonos móviles, medicamentos, productos químicos, fertilizantes, neumáticos o cartuchos de tinta pueden filtrarse en nuestros suelos y nuestro suministro de agua perjudicando los recursos naturales con los que se producen nuestros alimentos.
Trate de consumir tres veces por semana comida a base de legumbres o granos y aumente el consumo de verduras. Las legumbres son fuentes importantes de aminoácidos y, en combinación con cereales como arroz o maíz, entre otros, nos aportan proteínas de alto valor nutricional con un menor impacto ambiental al producirlas. Por ejemplo: Para producir 1 kilo de caraotas necesitamos 50 litros de agua, mientras que para producir 1 kilo de carne necesitamos 15.000 litros de agua.
Done los alimentos que de otro modo se desperdiciarían. Por ejemplo, consulte con sus vecinos y amigos para que los excedentes de alimentos puedan compartirse y no tirarse a la basura.
Fuente: El Nacional, Venezuela