Regulación laboral y desempleo

Desde el segundo semestre del 2014 hasta el primer cuatrimestre del pasado año, se perdieron 58000 puestos de trabajo. El proyecto de Rendición de Cuentas dice que el mercado laboral evidencia “una pérdida sostenida de dinamismo”.

El gobierno argumenta que los sectores que empujaron la economía en los últimos tres años, tienen en general una baja intensidad en mano de obra, como las comunicaciones, electricidad, gas y agua, la intermediación financiera, restaurantes y hoteles. En tanto los sectores más intensivos en mano de obra como la construcción y el comercio, registraron caídas y explicaron la merma en el empleo.

Asimismo el gobierno asume que la automatización que ha irrumpido, así como el impacto de la incorporación de tecnología, también juegan su rol en pos del aumento del desempleo.

Sin embargo, un estudio del Centro ESE (Economía, Sociedad y Empresa) del IEEM-Universidad de Montevideo, agrega otras causas.

Dicho reporte indica que la automatización, adicionando que el acceso a la tecnología se abarató, trae certezas. Pero el mismo trae a su vez una encuesta a empresarios que indican que “la inflexibilidad de la regulación laboral es una de las principales causas que los inhiben de contratar mano de obra”.

En aquellos países en donde la regulación laboral es percibida como menos flexible, es donde se observaron las mayores caídas de empleo en el último lustro, más allá de la situación económica del país que sea.

Uruguay se encuentra en un nivel de protección laboral superior al promedio y con una percepción de rigidez bastante elevada. En otras palabras, la percepción de rigidez es mayor a la que indicaría el grado de protección que tienen los trabajadores.

Además, informa la OCDE, Uruguay se encuentra con un nivel de costos laborales superior al promedio y con una percepción de rigidez, ya dicho, bastante elevada.

Claro, cuando el margen de acción es amplio y la bonanza económica es palmaria, otro es el cantar y no se hace tanta cuestión en estos aspectos. Pero cuando las circunstancias cambian y el desempleo viene creciendo y este informe muestra estadísticas confiables de lo que pasa en el mundo con este tema de la rigidez laboral, es hora de que pongamos las barbas en remojo.

Como dice el Ec. Munyo de la Universidad de Montevideo, “fomentar la confianza entre las partes es vital a la hora de pensar en cambios en la regulación laboral”. Es vital la cultura de cooperación en vez de la cultura del conflicto.

Moraleja: la regulación laboral es crítica y conspira contra el empleo. Es menester tener en cuenta este tema de cara al futuro y por supuesto, introducir el bisturí a fondo para modificar esta herrumbrada normativa laboral que no nos pone en consonancia con los tiempos modernos.

 

Aníbal Durán

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Regulación laboral y desempleo

Desde el segundo semestre del 2014 hasta el primer cuatrimestre del pasado año, se perdieron 58000 puestos de trabajo. El proyecto de Rendición de Cuentas dice que el mercado laboral evidencia “una pérdida sostenida de dinamismo”.

El gobierno argumenta que los sectores que empujaron la economía en los últimos tres años, tienen en general una baja intensidad en mano de obra, como las comunicaciones, electricidad, gas y agua, la intermediación financiera, restaurantes y hoteles. En tanto los sectores más intensivos en mano de obra como la construcción y el comercio, registraron caídas y explicaron la merma en el empleo.

Asimismo el gobierno asume que la automatización que ha irrumpido, así como el impacto de la incorporación de tecnología, también juegan su rol en pos del aumento del desempleo.

Sin embargo, un estudio del Centro ESE (Economía, Sociedad y Empresa) del IEEM-Universidad de Montevideo, agrega otras causas.

Dicho reporte indica que la automatización, adicionando que el acceso a la tecnología se abarató, trae certezas. Pero el mismo trae a su vez una encuesta a empresarios que indican que “la inflexibilidad de la regulación laboral es una de las principales causas que los inhiben de contratar mano de obra”.

En aquellos países en donde la regulación laboral es percibida como menos flexible, es donde se observaron las mayores caídas de empleo en el último lustro, más allá de la situación económica del país que sea.

Uruguay se encuentra en un nivel de protección laboral superior al promedio y con una percepción de rigidez bastante elevada. En otras palabras, la percepción de rigidez es mayor a la que indicaría el grado de protección que tienen los trabajadores.

Además, informa la OCDE, Uruguay se encuentra con un nivel de costos laborales superior al promedio y con una percepción de rigidez, ya dicho, bastante elevada.

Claro, cuando el margen de acción es amplio y la bonanza económica es palmaria, otro es el cantar y no se hace tanta cuestión en estos aspectos. Pero cuando las circunstancias cambian y el desempleo viene creciendo y este informe muestra estadísticas confiables de lo que pasa en el mundo con este tema de la rigidez laboral, es hora de que pongamos las barbas en remojo.

Como dice el Ec. Munyo de la Universidad de Montevideo, “fomentar la confianza entre las partes es vital a la hora de pensar en cambios en la regulación laboral”. Es vital la cultura de cooperación en vez de la cultura del conflicto.

Moraleja: la regulación laboral es crítica y conspira contra el empleo. Es menester tener en cuenta este tema de cara al futuro y por supuesto, introducir el bisturí a fondo para modificar esta herrumbrada normativa laboral que no nos pone en consonancia con los tiempos modernos.

 

Aníbal Durán

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