“Gestionando” la empresa equivocada

Cuando escribo esta nota, día jueves, aún se ignora el desenlace de lo que sucederá con Montevideogas y el conflicto sindical metido en sus entrañas. La idea del Sindicato era (o es), realizar el control obrero de la empresa, gestionarla.

Es decir los jerarcas de la empresa del gas serían “corridos” de sus cargos por el imperio de la fuerza (si prospera dicha intención) y la Constitución bien guardada…no sea cosa que la lean y constaten que la están violando en forma flagrante.

Que  a esta altura de los acontecimientos, amenacen con este tipo de actitudes, nos pone en situación, si se constata y trasciende, de una inseguridad jurídica sin límites donde entre tantos, los inversores sacarán debida nota.

Ya que este tema sea noticia, nos deja vulnerables (así no se concrete) y en estos tiempos de captación de inversores, estamos jugando un lindo partido para el/los países adversario/s .

Lo mismo, aunque la gravedad de la situación es menos trascendente, sucede con los piquetes y ocupación, entendidos como extensión del derecho de huelga. Se sustentan en una ideología trasnochada que lamentablemente el gobierno plasmó en el caso de la ocupación en el decreto 165 del año 2006 y que tozudamente, no deroga.

Además dicho decreto inconstitucional, dice expresamente que los obreros no pueden gestionar la empresa ocupada.

Volviendo a Montevideogas,  de continuar con esta peregrina idea, arrasa derechos fundamentales que contiene la Constitución y que además le comete al Estado, que los garantice. Por ejemplo, la libertad, seguridad, trabajo y propiedad.

También te puede interesar: ¿Flexibilidad laboral? ¿Mala palabra?

Estos derechos solo pueden ser limitados en su ejercicio, por medio de una ley basada en el interés general. La propiedad es un derecho inviolable; el titular de la misma sólo puede ser privado de ella por medio de una ley, basada en una necesidad o utilidad pública.

También la Constitución reconoce el derecho a la libre iniciativa económica o libertad de empresa, que implica la libertad de fundar, dirigir y gestionar cualquier negocio lícito.

Uruguay tiene una economía de mercado con base en la propiedad privada del negocio y de los medios de producción. Las velas al socialismo que Mujica prendió…incendiaron la pradera y allí está el Fondes, generoso con el bolsillo de los uruguayos y con enormes frustraciones.

Los obreros no pueden controlar la empresa ni gestionarla. Esto significaría, va dicho una vez más, desconocer el derecho de propiedad, la libertad de trabajo y de empresa y claro está, cambiar las reglas de juego económicas. Imaginen si eso pasara en nuestro rubro, la vivienda, cuál sería la reacción de los promotores/inversionistas. El dinero, arriesgado pero cobarde, tomaría otros rumbos..

El gobierno necesariamente debe impedir este tipo de acciones y tiene mecanismos para ello. En fin; creo que hay que lograr un sinceramiento de las partes. No se puede estar jugando con fuego y crear tensiones innecesarias, ante un mundo que se entera al instante de lo que sucede.

Ignoro si hay algún incumplimiento de parte de la empresa; pero si eso aconteciera los obreros tienen medidas para adoptar que no colidan con la propiedad y gestión de aquella.

Los inversores además de querer ganar dinero, aportan trabajo y abaten el desempleo. Si ya tenemos un contexto complicado, con números en rojo, no avivemos el fuego destructor.  Además y como sucede,  los más desvalidos socioeconómicamente, serán los más perjudicados.

Aníbal Durán

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“Gestionando” la empresa equivocada

Cuando escribo esta nota, día jueves, aún se ignora el desenlace de lo que sucederá con Montevideogas y el conflicto sindical metido en sus entrañas. La idea del Sindicato era (o es), realizar el control obrero de la empresa, gestionarla.

Es decir los jerarcas de la empresa del gas serían “corridos” de sus cargos por el imperio de la fuerza (si prospera dicha intención) y la Constitución bien guardada…no sea cosa que la lean y constaten que la están violando en forma flagrante.

Que  a esta altura de los acontecimientos, amenacen con este tipo de actitudes, nos pone en situación, si se constata y trasciende, de una inseguridad jurídica sin límites donde entre tantos, los inversores sacarán debida nota.

Ya que este tema sea noticia, nos deja vulnerables (así no se concrete) y en estos tiempos de captación de inversores, estamos jugando un lindo partido para el/los países adversario/s .

Lo mismo, aunque la gravedad de la situación es menos trascendente, sucede con los piquetes y ocupación, entendidos como extensión del derecho de huelga. Se sustentan en una ideología trasnochada que lamentablemente el gobierno plasmó en el caso de la ocupación en el decreto 165 del año 2006 y que tozudamente, no deroga.

Además dicho decreto inconstitucional, dice expresamente que los obreros no pueden gestionar la empresa ocupada.

Volviendo a Montevideogas,  de continuar con esta peregrina idea, arrasa derechos fundamentales que contiene la Constitución y que además le comete al Estado, que los garantice. Por ejemplo, la libertad, seguridad, trabajo y propiedad.

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Estos derechos solo pueden ser limitados en su ejercicio, por medio de una ley basada en el interés general. La propiedad es un derecho inviolable; el titular de la misma sólo puede ser privado de ella por medio de una ley, basada en una necesidad o utilidad pública.

También la Constitución reconoce el derecho a la libre iniciativa económica o libertad de empresa, que implica la libertad de fundar, dirigir y gestionar cualquier negocio lícito.

Uruguay tiene una economía de mercado con base en la propiedad privada del negocio y de los medios de producción. Las velas al socialismo que Mujica prendió…incendiaron la pradera y allí está el Fondes, generoso con el bolsillo de los uruguayos y con enormes frustraciones.

Los obreros no pueden controlar la empresa ni gestionarla. Esto significaría, va dicho una vez más, desconocer el derecho de propiedad, la libertad de trabajo y de empresa y claro está, cambiar las reglas de juego económicas. Imaginen si eso pasara en nuestro rubro, la vivienda, cuál sería la reacción de los promotores/inversionistas. El dinero, arriesgado pero cobarde, tomaría otros rumbos..

El gobierno necesariamente debe impedir este tipo de acciones y tiene mecanismos para ello. En fin; creo que hay que lograr un sinceramiento de las partes. No se puede estar jugando con fuego y crear tensiones innecesarias, ante un mundo que se entera al instante de lo que sucede.

Ignoro si hay algún incumplimiento de parte de la empresa; pero si eso aconteciera los obreros tienen medidas para adoptar que no colidan con la propiedad y gestión de aquella.

Los inversores además de querer ganar dinero, aportan trabajo y abaten el desempleo. Si ya tenemos un contexto complicado, con números en rojo, no avivemos el fuego destructor.  Además y como sucede,  los más desvalidos socioeconómicamente, serán los más perjudicados.

Aníbal Durán

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