¿Coyuntura o mirar en prospectiva?

A veces la perplejidad nos gana y cuando en el mundo se dice que por ejemplo en pocos años el cáncer será derrotado y que los estudios genéticos podrán determinar las enfermedades futuras de los niños en el vientre, aquí a algunos candidatos/as…les preocupa el barrio donde vive algún presidenciable, adversario político.

¿Pondremos las cosas en sus justos términos? ¿Aquilataremos de una buena vez el mundo que nos invade, nos interpela y nos dice…vienen? o se quedan?

Ocupémonos del trabajo.  Si bien el trabajo humano siempre ha estado incidido por la tecnología…hoy la pregunta es de rigor ¿dicho trabajo humano corre riesgo de ser sustituido como consecuencia del avance dela tecnología? (pregunta que se formula en un trabajo de la representación empresarial del BPS).

Existen informes a todo nivel que concluyen que sí, que sin ser apocalípticos, el fenómeno de la automatización (robotización, internet) identificado como “Revolución 4.0” produce un efecto sustitución y que la mayor o menor incidencia depende de la categoría ocupacional, sexo, región y nivel educativo, como aspectos a destacar.

A su vez un sistema de producción cada vez más tecnificado, una sociedad cada vez más enfocada al “conocimiento”, requiere de mayor preparación, para que los espacios a ocupar cada vez más reducidos, queden en manos de aquellos cuyas aptitudes estén acordes a estos tiempos por venir (y ya presentes).

Seguramente los puestos menos calificados serán los que más rápidamente van a desaparecer o tal vez, los peor remunerados.

Vamos a nuestra industria. Se impone un diálogo social entre las partes para centrar el tema.

Hoy el empresario-promotor que ya ve con preocupación cuando debe tomar un obrero, porque teme que se transforme en un problema, aquilatará como nunca el grado de preparación del citado obrero para la tarea que competa.

El diálogo social designa la intervención y participación de los interlocutores sociales en la toma de decisiones sobre temas de interés común.  Aquí en la negociación colectiva, se propende por parte de los empresarios a un diálogo bilateral como dice la OIT, sin la presencia del Estado. Pero eso no sucede, el Estado se inmiscuye.

Una queja de los empresarios iniciada en el año 2009, todavía sigue sin dilucidarse en el ámbito de la OIT y el gobierno hace oídos sordos a reclamos que no admiten demora: ocupación, piquetes…no son extensión del derecho de huelga. No podemos seguir discutiendo obviedades, con cabeza sesentista. Ese diálogo social deberá poner el tema encima de la mesa y laudarlo.

Existe hoy una brecha entre las capacidades requeridas y las disponibles, con diversas causas:  puede haber falta de información tanto sobre las tendencias como sobre las oportunidades de aprendizaje disponibles, el diálogo no siempre fluido entre las partes intervinientes (ministerios, institutos de formación, empresas, sindicatos), la falta de articulación entre niveles y espacios educativos.

En nuestra industria si bien la tecnología ha irrumpido, aún siguen primando procesos y técnicas tradicionales.

Se ha realizado una nueva evaluación de tareas, con el apoyo de Cinterfor (organismo dependiente de la OIT). Y luego habría que calificar dichas competencias, para elevar la mira e ir hacia una industria más perfeccionista y más en consonancia con los tiempos que corren.

La pregunta del título: ojalá que la coyuntura no le gane a la mirada prospectiva (mirar hacia adelante), innovadora e imprescindible.

Aníbal Durán

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¿Coyuntura o mirar en prospectiva?

A veces la perplejidad nos gana y cuando en el mundo se dice que por ejemplo en pocos años el cáncer será derrotado y que los estudios genéticos podrán determinar las enfermedades futuras de los niños en el vientre, aquí a algunos candidatos/as…les preocupa el barrio donde vive algún presidenciable, adversario político.

¿Pondremos las cosas en sus justos términos? ¿Aquilataremos de una buena vez el mundo que nos invade, nos interpela y nos dice…vienen? o se quedan?

Ocupémonos del trabajo.  Si bien el trabajo humano siempre ha estado incidido por la tecnología…hoy la pregunta es de rigor ¿dicho trabajo humano corre riesgo de ser sustituido como consecuencia del avance dela tecnología? (pregunta que se formula en un trabajo de la representación empresarial del BPS).

Existen informes a todo nivel que concluyen que sí, que sin ser apocalípticos, el fenómeno de la automatización (robotización, internet) identificado como “Revolución 4.0” produce un efecto sustitución y que la mayor o menor incidencia depende de la categoría ocupacional, sexo, región y nivel educativo, como aspectos a destacar.

A su vez un sistema de producción cada vez más tecnificado, una sociedad cada vez más enfocada al “conocimiento”, requiere de mayor preparación, para que los espacios a ocupar cada vez más reducidos, queden en manos de aquellos cuyas aptitudes estén acordes a estos tiempos por venir (y ya presentes).

Seguramente los puestos menos calificados serán los que más rápidamente van a desaparecer o tal vez, los peor remunerados.

Vamos a nuestra industria. Se impone un diálogo social entre las partes para centrar el tema.

Hoy el empresario-promotor que ya ve con preocupación cuando debe tomar un obrero, porque teme que se transforme en un problema, aquilatará como nunca el grado de preparación del citado obrero para la tarea que competa.

El diálogo social designa la intervención y participación de los interlocutores sociales en la toma de decisiones sobre temas de interés común.  Aquí en la negociación colectiva, se propende por parte de los empresarios a un diálogo bilateral como dice la OIT, sin la presencia del Estado. Pero eso no sucede, el Estado se inmiscuye.

Una queja de los empresarios iniciada en el año 2009, todavía sigue sin dilucidarse en el ámbito de la OIT y el gobierno hace oídos sordos a reclamos que no admiten demora: ocupación, piquetes…no son extensión del derecho de huelga. No podemos seguir discutiendo obviedades, con cabeza sesentista. Ese diálogo social deberá poner el tema encima de la mesa y laudarlo.

Existe hoy una brecha entre las capacidades requeridas y las disponibles, con diversas causas:  puede haber falta de información tanto sobre las tendencias como sobre las oportunidades de aprendizaje disponibles, el diálogo no siempre fluido entre las partes intervinientes (ministerios, institutos de formación, empresas, sindicatos), la falta de articulación entre niveles y espacios educativos.

En nuestra industria si bien la tecnología ha irrumpido, aún siguen primando procesos y técnicas tradicionales.

Se ha realizado una nueva evaluación de tareas, con el apoyo de Cinterfor (organismo dependiente de la OIT). Y luego habría que calificar dichas competencias, para elevar la mira e ir hacia una industria más perfeccionista y más en consonancia con los tiempos que corren.

La pregunta del título: ojalá que la coyuntura no le gane a la mirada prospectiva (mirar hacia adelante), innovadora e imprescindible.

Aníbal Durán

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