Capacitar para Desarrollarnos

El título de la nota puede parecer una cantinela de la cual todo el mundo habla….pero…¿y?

También un Presidente, el primer día de su mandato repitió la palabra educación por tres veces, en un ponderado discurso ante la Asamblea General y las carencias siguen siendo ostentosas.

La educación es el camino más efectivo para el crecimiento, se trate de un país o de una persona. Es el proceso por el cual la capacidad de desplegar vida y fuerza, se concreta.

Hay que educar y educarnos para mejorar la forma de relacionarnos, para generar capacidades de comunicación, para que podamos conocernos mejor y para saber qué queremos y cómo lograrlo.

Los países que tomamos como referencia en desarrollo, algunos asiáticos, otros como Irlanda, Nueva Zelanda, tienen al 80% de su población con el bachillerato terminado y al 60% con títulos universitarios. En nuestro país el promedio es de 20% y 5 %, respectivamente.

Sin duda alguna el desarrollo implica aumentar los niveles de educación y capacitación. Precisamente en este tema, la industria de la construcción (las gremiales patronales y el sindicato) viene trabajando con la madurez que les ha caracterizado desde siempre, habiendo comenzado cursos de capacitación en diversos oficios.

Se trabaja junto al INEFOP (Instituto de Educación y Formación Profesional), junto a la UTU y la cultura de mejorar, está instalada. Pero esta corriente tiene que ser una constante y sustancialmente de cara a los tiempos en que vivimos, donde el que pestañea, quedará a la vera del camino.

Sin duda, hay que educar, capacitar, para enriquecer individuos, educando a las personas como finalidades y no como medios. Necesariamente tenemos que ofrecer una visión que ofrezca nuevos horizontes a los jóvenes; la gente acepta sacrificios a cambio de precisamente horizontes aunque sean a largo plazo.

Nuestros pozos de petróleo son nuestra gente; no es ni el acuífero guaraní, ni el valor de los commodities, ni el valor de nuestros campos. Hay que crear conciencia y cultura a favor de un modelo que valorice el conocimiento, la creatividad, el emprendimiento.

La industria de la construcción tiene plena conciencia de ello y plasma en los hechos su pragmática y eficiente visión.

La vida plena que buscamos pide esfuerzos, esfuerzos que nos van a hacer vivir más confortablemente. Para eso tenemos que educar y educarnos, para ser capaces, además, de aceptar los obstáculos que naturalmente están en el camino de nuestros deseos.

Aníbal Durán

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Capacitar para Desarrollarnos

El título de la nota puede parecer una cantinela de la cual todo el mundo habla….pero…¿y?

También un Presidente, el primer día de su mandato repitió la palabra educación por tres veces, en un ponderado discurso ante la Asamblea General y las carencias siguen siendo ostentosas.

La educación es el camino más efectivo para el crecimiento, se trate de un país o de una persona. Es el proceso por el cual la capacidad de desplegar vida y fuerza, se concreta.

Hay que educar y educarnos para mejorar la forma de relacionarnos, para generar capacidades de comunicación, para que podamos conocernos mejor y para saber qué queremos y cómo lograrlo.

Los países que tomamos como referencia en desarrollo, algunos asiáticos, otros como Irlanda, Nueva Zelanda, tienen al 80% de su población con el bachillerato terminado y al 60% con títulos universitarios. En nuestro país el promedio es de 20% y 5 %, respectivamente.

Sin duda alguna el desarrollo implica aumentar los niveles de educación y capacitación. Precisamente en este tema, la industria de la construcción (las gremiales patronales y el sindicato) viene trabajando con la madurez que les ha caracterizado desde siempre, habiendo comenzado cursos de capacitación en diversos oficios.

Se trabaja junto al INEFOP (Instituto de Educación y Formación Profesional), junto a la UTU y la cultura de mejorar, está instalada. Pero esta corriente tiene que ser una constante y sustancialmente de cara a los tiempos en que vivimos, donde el que pestañea, quedará a la vera del camino.

Sin duda, hay que educar, capacitar, para enriquecer individuos, educando a las personas como finalidades y no como medios. Necesariamente tenemos que ofrecer una visión que ofrezca nuevos horizontes a los jóvenes; la gente acepta sacrificios a cambio de precisamente horizontes aunque sean a largo plazo.

Nuestros pozos de petróleo son nuestra gente; no es ni el acuífero guaraní, ni el valor de los commodities, ni el valor de nuestros campos. Hay que crear conciencia y cultura a favor de un modelo que valorice el conocimiento, la creatividad, el emprendimiento.

La industria de la construcción tiene plena conciencia de ello y plasma en los hechos su pragmática y eficiente visión.

La vida plena que buscamos pide esfuerzos, esfuerzos que nos van a hacer vivir más confortablemente. Para eso tenemos que educar y educarnos, para ser capaces, además, de aceptar los obstáculos que naturalmente están en el camino de nuestros deseos.

Aníbal Durán

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